martes, 7 de octubre de 2008

PRONUNCIAMIENTO de las Foritas, GAAA! y Periférica... sobre la readmisión de cadetes violadores a la Academil

"NOS INDIGNA, NOS REPULSA, PERO NO NOS SORPRENDE"
La Academia Militar readmitió a los cadetes que violaron a una compañera de estudios. No bastando la violación, hicieron público el delito filmándolo con un teléfono celular y haciendo circular las imágenes entre sus otros compañeros. En síntesis, un delito que -además de premeditado y alevoso- tiene el agravante de la publicidad.
La cadete abusada, en la práctica, resultó expulsada de la Academia Militar. Expulsada por la nula solidaridad institucional y por la escasa solidaridad de sus compañeros y compañeras. El delito, flagrante, fue investigado igualando a las partes. La Justicia trató con comprensión y amabilidad a los violadores. De hecho, ahí están, libres, pese a que su delito fue un evento público, mediatizado por ellos para re-insistir en su delito, mofándose de la víctima.
Bajo la excusa de una orden judicial, la Academia Militar les vuelve a recibir en su seno. Esta Academia les formó, les educó y les orientó respecto a lo que podían o no hacer. Y con esta reincorporación continúa educando a todos los cadetes, y las cadetes.
La violación forma parte de la tradición militar. Las violaciones masivas de mujeres eran consideradas, como mucho, daños colaterales en cualquier conflicto armado, o un arma de destrucción masiva psicológica. Y también como parte de los beneficios de los soldados en el frente. Violar en guerra, hasta hace muy poco, no era considerado un delito. A esta tradición todavía responde la Academia Militar de Paraguay.
Por eso, no es extraño que la Academil vuelva a recibir a los violadores en su seno. El reglamento de la Academia no considera la violación ni siquiera como falta. No está pensada siquiera. Y ahora, queda demostrado que si anteriormente la Academia Militar dejó fuera a quienes participaron de la violación fue por la indignación pública ante la difusión mediática del tema, no por el hecho en sí. Ahora, queda demostrado que la Academia Militar, que forma para la muerte y la guerra, para el daño y el dolor, para matar y asesinar industrialmente, es un lugar donde la violación de mujeres no es considerada un problema, sino una condición.
Así como llamamos a repensar la forma en que se trata el delito de violación hoy día en Paraguay, llamamos también a repensar la necesidad de una Academia Militar, de lo militar, en tanto sostén de la opresión patriarcal que se ceba en los cuerpos de las mujeres. Repensar la necesidad de lo militar en la construcción de un Paraguay solidario y justo. No es necesaria, creemos, la existencia de una Academia de la Violación.
Suscriben este comunicado el Forito (Catarsis Colectiva Feminista), Grupo de Afinidad Antimilitarista Asunción (GAAA!) y Periférica.

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